¿Qué es la celulitis?
Para explicarlo sencillamente, celulitis es la “gordura” que no se
puede perder. Mientras la gordura normal se puede perder con un
régimen común de dieta y ejercicios, la celulitis no, porque no es sólo
grasa. Es un tejido con una consistencia similar a la gelatina que
está formado por agua, grasa y residuos, atrapados en compartimientos
inamovibles debajo de la piel. Estos compartimientos actúan como
esponjas que absorben gran cantidad de agua, se hinchan y sobresalen,
formando esos bultos tan característicos.
Vemos entonces que la celulitis no es una gordura común. Y por esa
razón las dietas más estrictas no dan resultado. Cuando la ingesta de
alimentos es menor que la requerida, automáticamente el cuerpo obtiene
las calorías faltantes quemando sus propias reservas de grasa. Esto
hará que desaparezca la grasa en muchas areas del cuerpo pero la
celulitis permanecerá, pues no se quema como la grasa normal.
La dieta
adecuada consiste en purificar el cuerpo del exceso de agua y desechos
tóxicos sin forzar a quemar las grasas en áreas innecesarias. De
esta manera evitamos la pérdida de grasa en zonas como el busto, que se
volvería fláccido y caído, atentando contra la armonía del cuerpo.
Por ello dada su importancia, nos dedicaremos mas adelante a relatar
la forma correcta de alimentarse a fin de evitar ese gran fantasma que
atenta contra la belleza femenina: La celulitis.
¿Es hereditaria?
Si, lo es. Lo corroboramos diariamente en el consultorio con sólo
observar las deformaciones de la silueta de la madre que acompaña a su
hija adolescente con los primeros síntomas de la enfermedad.
Pero no hay necesidad de aceptar esos muslos o rodillas porque su madre los tiene. Se pueden hacer muchas cosas para evitarlo y este libro le enseñará qué y cómo hacerlo.
Pero no hay necesidad de aceptar esos muslos o rodillas porque su madre los tiene. Se pueden hacer muchas cosas para evitarlo y este libro le enseñará qué y cómo hacerlo.
¿Por qué los hombres no tienen celulitis?
La razón es que esta enfermedad es hormono-dependiente. Significa
que tiene estrecha relación con las hormonas femeninas. Por esta razón
comienza su insidioso devenir con la pubertad agravándose cada vez que
aumenta en la mujer el tenor de estrógenos-progesterona como sucede por
ejemplo durante los embarazos.
¿Cuándo comienza a instalarse?
Los primeros síntomas aparecen siempre en la pubertad. El descuido
por la falta de atención ante la creciente deformación de los miembros
inferiores en esta época decisiva de la vida, marca para siempre a las
jovencitas. Cada embarazo produce una agravación de la celulitis, lo
que provoca en la mujer, joven aún, depresiones y frustraciones que
inciden psicológicamente sobre todo el grupo familiar.
A medida que
pasa el tiempo, se acrecienta el hábito del sedentarismo, disminuyendo
los requerimientos calóricos, lo que trae aparejado un paulatino
aumento de peso. Si a esto le agregamos una mayor ingesta alimentaria,
tenemos el cuadro típico de la obesidad, que a su vez actúa
negativamente sobre el proceso. Más tarde sobreviene la menopausia
marcando el ultimo eslabón de este devenir fenoménico.
Actualmente se admite que las perturbaciones iniciales se originan
en las delicadas estructuras nerviosas del cerebro a raíz de agresiones
externas como choques psíquicos, stress repetido, frustraciones etc.
En resumen, podemos afirmar que toda mujer, no importa su edad, debe
estar atenta a la celulitis. A los 30 años, pocas mujeres están
libres de ella.
¿Cómo se forma la celulitis?
El cuerpo humano es una de las máquinas más hermosas y funcionales
que se hayan jamás diseñado. Es piel y huesos, nervios y músculos,
sangre y órganos, todas trabajando simultáneamente bajo la dirección de
ese brillante, misterioso e inigualable computador que es el cerebro.
Cada una de sus partes tiene una función definida en el esquema
total de la vida. Nosotros nos vamos a abocar a sólo uno de los
aspectos de ese esquema: el tejido conjuntivo.
Todos los músculos del cuerpo se hallan cubiertos por un acolchado
formado por tejido conjuntivo y grasa. Este acolchado, que varía en su
espesor, es el encargado de darle la suavidad característica a las
líneas femeninas. El tejido conjuntivo está integrado fundamentalmente
por una especie de red de sostén en la que se ubican las células
adiposas. Circulan constantemente entre ellas los líquidos nutritivos:
agua, sangre y linfa. Estos líquidos contienen el oxígeno y las
sustancias nutritivas indispensables para la piel y también limpian a
los tejidos de toxinas.
La libre afluencia de los líquidos asegura el
mecanismo de intercambio entre las células y el medio que las rodea.
Cuando el proceso de eliminación de toxinas se hace más lento, algo
cambia en las zonas propensas a la celulitis. El tejido conjuntivo,
saturado de agua y toxinas, se espesa, endurece, y se forman los
típicos posos y grumos, recordando a la superficie de una gruesa
cascara de naranja, esa textura tan característica de la celulitis.
¿Qué causas la desencadenan?
Las causas que desencadenan y contribuyen a la formación de la celulitis son:
- Estrés
- Fatiga
- Tensión nerviosa
- Malos hábitos alimentarios. Constipación
- Consumo de poca cantidad de agua
- Respiración deficiente
- Vida sedentaria
- Permanencia en ambientes con aire viciado
- Alteraciones en circulación (várices)
- Hábito de fumar
Todos estos factores alteran de alguna manera el proceso de
eliminación de sustancias tóxicas de los tejidos. Y por ese motivo
contribuyen a la instalación de los trastornos circulatorios
desencadenados por las hormonas femeninas.
La celulitis puede considerarse como una forma de envenenamiento del
tejido conjuntivo. Nuestro cuerpo tiene un maravilloso sistema para
eliminar toxinas a través de pulmones, hígado, riñones, intestinos y
piel. Pero cuando se cometen abusos, no es posible completar el
proceso normal de eliminación. Esta eliminación puede producirse
eficazmente para un consumo diario normal, pero no si éste es excesivo:
alcohol, café, té, especias, chocolate, crema, manteca, grasa animal,
fritos.
Debe evitarse o restringirse al mínimo (y nunca hacerlo sin prescripción médica) la ingestión de médicamentos.
El hábito de fumar produce en el organismo alteraciones de las
paredes arteriales que llevará a su endurecimiento, proceso que se
conoce como arteritis obliterante. El tejido celulítico, cuya
circulación ya está comprometido por el proceso en sí, vería aún más
afectada su oxigenación.
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